La reparación provisional de
parte del aparcamiento de tierra es un milagro. La desaparición de las
dificultades para el tránsito peatonal en la calle Juan Morales, frente al SPAR,
es otro milagro. Viva la fiesta de San Antonio, porque gracias a Él los
ciudadanos de Santa Brígida y visitantes vamos a tener un pequeño aparcamiento
más digno y decente y vamos a transitar por una de las calles principales sin
los obstáculos de una obra interminable.
Desde hace casi 2 años vengo
proponiendo al Gobierno Municipal que realice un acondicionamiento provisional
del aparcamiento de tierra. La necesidad era imperiosa, dada la escasez de
plazas para aparcar, reclamado por todos los empresarios del Centro Urbano.
Aparcar en lo que fue el Estadio de Fútbol del Pueblo, dado el mal estado en
que se encuentra, constituye un trato vejatorio a los usuarios que no tenemos
más remedio que tragar. Este mal estado produce además una muy alta desorganización
de los coches al aparcar; una reforma provisional permite que también se dibujen
las plazas y se logre un 30% más. Al menos Gracias a la Fiesta de San Antonio, una
vez terminadas las mismas, permitirá que en el trozo reparado para las fiestas,
podamos aparcar más dignamente y con mejor ocupación del espacio.
Desde hace un poco menos de dos
años, la última vez fue en el Pleno del mes de abril, he venido pidiendo al Alcalde que sea valiente y no permita que la UTE Santa Brígida abuse
de él y de todo el Pueblo, manteniendo durante más de 9 años ese cúmulo de
dificultades de la Calle Juan
Morales que parece una pista para carrera de obstáculos. Ciertamente mantener
la calle como la constructora ha querido ha sido un trato contra el bienestar y
la seguridad de la gente del Pueblo, inaceptable para cualquier persona sensata
y consciente. El Grupo de Gobierno siempre ha sido insensible a esta realidad.
A pesar de que insistentemente se lo he advertido, nada ha querido hacer para
remover tales obstáculos. Han tenido que llegar las Fiestas de San Antonio para
que la calle quede diáfana, por donde los vecinos podremos ahora transitar sin
dificultades y contar con 6 aparcamientos más.
Todo esto suponiendo que, una vez
terminadas las fiestas no venga sobre todo el Pueblo una prohibición arbitraria
de no uso del aparcamiento reparado y de no tránsito por la calle liberada de obstáculos
abusivos. Casi, casi, me atrevería a pedir a San Antonio otro milagro: luz para
las calles del Palmeral, cuyos vecinos, esta noche, otra vez, han tenido que
transitar a oscuras. También intentamos
otro milagro: que ya que se acordó disminuir a la mitad el precio del tributo
que tenían que pagar los feriantes, casi todos venidos de afuera, se aprobara
también una reducción a la mitad el tributo a pagar por los empresarios por las
terrazas. Pero aquí San Antonio no hizo el milagro, a pesar de que los
empresarios eran todos del Pueblo y pagan una tasa más elevada que la que se
pueda pagar en cualquier otro municipio del Archipiélago Canario.
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