jueves, 26 de enero de 2012

LUCHAR BIEN VALE LA PENA.

COMO CUANDO ENTRA LA COMIDA EN LA CASA DE UN POBRE

Así estaba de regocijada la familia Peñate Rodríguez el domingo 22 de enero. Reunidos en las escaleras de Satautejo, cuando los vástagos de D. Antonio Peñate Pérez y Doña Dolores Rodríguez Hernández (q.e.p.d.) veían llegar a sus hijos y nietos, aumentaba la alegría y se expandía el regocijo. También cuando llegaban los amigos y los amigos de los amigos. Y en aquellos momentos, al terminar de bajar las escaleras, las personas convocadas en aquella especie de patio interior de Satautejo, todos, nos sentimos pertenecer a la misma familia Peñate. Era una especie de pretensión abusiva por nuestra parte, porque la dignidad y la fortaleza correspondía a ellos y nosotros queríamos que la compartieran con nosotros: fuimos allí a acompañarles en su victoria y, sobre la marcha fuimos contagiados participando de la gloria de su triunfo. Ellos poseían la dignidad y la fortaleza de una larga lucha amarga, con victoria final y nuestra presencia logró que ellos la compartieran con nosotros.

Allí estaba Nicolás Díaz (y algunos compañeros de Aran Canarias) que hace más de  medio año viene trabajando con ellos esta iniciativa. Allí estaba el Sr. Letrado que, contagiado con la misma lucha, había acreditado su profesionalidad de modo sobresaliente. Y la Exconcejala Viky Casas (también acompañada de algunos de sus compañeros) en donde los Peñate lograron el primer refugio administrativo. Y los Concejales Guadalupe del Río, Pilar Santana y José Luis Álamo que hacemos continuidad en la lucha administrativa anterior. Y gente de la Asociación Drago y de los Indignados 15M Santa Brígida. Y los amigos de la Familia Peñate, que han estado acompañándoles en el luchar de tantos años...

Pero, sobre todo, La FAMILIA. Los que ya habían muerto, D. Antonio y Doña Dolores, vivos entre nosotros por el recuerdo. Sus hijos, que continuaron con honor el sufrimiento de la coacción y el disfrute final. Sus nietos que, en palabras de una de ellas, aprendieron esos valores como la herencia más valiosa. Y los chiquillos (a la vez hijos, nietos y biznietos) que contarán a sus descendencias tan noble gesta.

(Allí estaban también dos agentes de la Guardia Civil y tres de la Policía Local que mostraron un comportamiento ejemplar (como debe ser) que hicieron huir desde el principio los temores que nos habían llegado por escrito tan restrictivo de la Subdelegación del Gobierno. En cualquier caso, ellos estaban allí entre paréntesis, porque así tenía que ser)

Y toda la gente de grupos que allí estábamos, notamos la falta de algunos de los nuestros respectivos. Hacíamos pasar por nuestras mentes nombres y caretos, justificando a unos, reprochando a otros y lamentado que todos esos ausentes se hubiesen perdido tan íntimo y magno acontecimiento. Con nuestras noticias, seguro que ellos también lo lamentarán y que no se perderán venideros acontecimientos que haberlos, los habrá porque el proceso sigue en movimiento.

Cuando terminamos las declaraciones en aquella especie de Plaza Interior al final de las Escaleras de Satautejo, se dio por terminada la Concentración y marchamos casi de uno en uno y con chalecos fosforescentes hasta la entrada del Camino Público de la Dignidad, LA CHORRERA. Presidido estaba por un precioso letrero que dibujaba el camino y expresaba el fallo de la Sentencia del triunfo. Y recorrimos, cuesta abajo, el camino, unos con dificultad y otros caminando casi como baifos saltarines. También con algunas dificultades de relaciones humanas con algunos que no saben aceptar..., bueno,mejor es no comentar para mantener la alegría. Y llegamos a la casa solariega. Por cierto, hasta ahora habíamos notado la falta de Pepín, Pepe o Padrón que de estas muchas formas le llaman. Pero allí en la Casa estaba porque le había tocado ejercer de Guardián. Y, a fe, que este trabajo resultaba necesario, para proteger el lugar de rapaces de diversa índole, dado el tenderete de comidas y bebidas que a todos esperaba. Mientras esto hacíamos, comer y beber, en espacio tan acogedor, hablábamos ininterrumpidamente unos con otros, nos transmitíamos conocimientos e informaciones, incrementábamos el beneficio de la amistad generalizada. Pero sobre todo, señalamos el camino de diversos compromisos a realizar próximamente. Todo se andará y lo veremos. Empezando por continuar la lucha por los Caminos Públicos del Municipio que presenta mucho trabajo a la vista.

Y todo esto (reunión, caminata senderil, abultado enyesque, sentimientos y compromisos) gracias a la lucha y victoria de la Familia Peñate Rodríguez, los Hijos, Nietos y Biznietos de D. Antonio Peñate Pérez y Doña Dolores Rodríguez Hernández.

BIEN VALE LA PENA SEGUIR LUCHANDO.
José Luís Álamo, Concejal de Nueva Canarias en Santa Brígida.

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